megabits

Por Alejandro Cárdenas López
Texto publicado en Homozapping.com.mx
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El espacio público ha tomado un lugar relevante en la dinámica social, política y económica, donde, como dice el académico y especialista de la Universidad Autónoma de Puebla, Jesús Galindo, la mirada pública “no percibe a este nuevo espacio público”.


Galindo añade que la cultura política tradicional está acostumbrada a controlar, a manipular desde su punto de vista, a tener los elementos de dominio ecológico, a negociar con los escépticos o adversos a través de regalos o concesiones. Por el contrario, apunta, el habitante del ciberespacio se encuentra con grados de libertad a los que la política tradicional no está acostumbrada.


Un ejemplo es el proyecto frustrado de instalar internet en todo paseo de la Reforma. Lo inició en el gobierno de Marcelo Ebrard y después fracasó con Mancera. Ya habían cableado una parte pero las buenas intenciones quedaron en promesas y la inversión, que iba a ser de 50 millones de dólares sería operada por Telmex. El gobierno del DF no ha sido claro en la causa del fracaso de su proyecto.

Algunos ejemplos sobre la forma en que ejercen las empresas el poder de controlar y regular internet sobre los gobiernos son: a) Los costos en México son de los más altos del mundo; b) Los contratos de la mayoría de los proveedores de internet no garantizan la estabilidad de la señal y son casi leoninos; c) Obligan a contratar a fuerza plazos de “doble play” (con teléfono e internet), pero nunca internet solo; d) La información sobre la velocidad de la señal es engañosa porque las empresas cuando se refieren a “megas” en verdad hablan de “megabits”, es decir, 8 veces menos de velocidad que “megabytes”. Por ejemplo, una conexión de 200 megabits como la de Axtel, en verdad significa una velocidad de sólo 25 megabytes.

¿Por qué los gobiernos local y federal no invierten con su propia infraestructura contratando tecnología kilométrica ya disponible para dar el servicio gratuito sin depender de estos grandes conglomerados?

Es en internet donde se presenta una nueva dinámica de comunicación horizontal y deliberaciones de interés público, ¿Algún día podremos tener en nuestras casas y en la calle la señal de internet gratis a través de redes subsidiadas por el gobierno como las de radio y TV?

Hay ejemplos de gobiernos en México y en el mundo que ofrecen internet gratis, incluso un servicio satelital en alunas zonas. Hay esfuerzos, como ” LinkNYC” promovido por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, una super red de Wifi para la ciudad?

Para el proyecto del gobierno federal, México Conectado, los proveedores son privados y aunque sabemos que el trabajo de su aplicación vía la Universidad de Guadalajara ha sido muy importante y valioso, pero no se utiliza del todo la red de telecomunicaciones del estado, como la fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad y antenas de Super WiFi para la conexión. Esto era lo que proponía el Colectivo Internet Para todos, además de el uso de los espacios blancos, como las frecuencias de televisión que no serán utilizadas después del apagón analógico.

El esfuerzo de México Conectado ha sido importante, dado que se ha instalado en lugares públicos, en centros comunitarios y espacios educativos, pero con costos muy altos que se podrían haber ahorrado con infraestructura pública ya instalada. Las empresas proveedoras han generado la infraestructura de un aproximado de 100 mil sitios son: Axtel, Bestel, Cablevisión, Iusacell, Megacable, Telmex, Telecomm Atlas, Elara Comunicaciones, Global Sat, W Com (Pegaso), Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Telecomunicaciones de México (Telecomm).

Como resultado de la reforma constitucional, los legisladores sí aprobaron usar la red de fibra de la CFE, pero para procurar, de nuevo, los servicios “a operadores privados”. Mientas eso sucede, hay especialistas que piden regresar a lo público. Por ejemplo, la académica y experta en políticas públicas y tecnología en Estados Unidos, Susan Crawford, se pregunta si en su país el acceso a la banda ancha debería ser un servicio público, como el agua o la electricidad.

Crawford cuestiona que el acceso a internet lo tengan las cableras, lo considera un problema de inequidad y propone nuevos mecanismos de relación entre comunidad, gobiernos y empresas privadas donde todos ganen.

¿Qué tal sonaría tener en México una instancia pública que se pudiera llamar Comisión Federal de Internet (CFI) o algo así como Conectividades Mexicanas (CE)?

Pero el mercado de nuestro vecino del norte lo controlan grandes consorcios con precios más altos a velocidades más bajas y no simétricas, comparada con otros países.

En México es comparable la presencia de empresas gigantes como America Móvil o Axtel/Alestra pero con el añadido local de más mala conexión, más cara y la presencia preponderante de las televisoras y toda su mala reputación.

La protesta en internet

El académico colombiano Germán Rey señala que internet es un campo fecundo para convocar, movilizar, protestar, ponerse en contacto, pero “la política es mucho más que eso”, como lo es más que la televisión, la prensa y la radio.

Explica que esta nueva opción ayuda a derrumbar los modos en que la política movilizaba en el pasado. “De la plaza a los medios y de los medios a internet, ese es el camino que se ha recorrido en poco tiempo desconfigurando las maneras en que los partidos o inclusive los movimientos sociales originarios convocan a la protesta”, afirma Rey.

Los movimientos sociales más relevantes en las últimas décadas tienen el común denominador de haber sido organizadas vía la red de redes y vía servicios de empresas privadas.

Desde 1995 el movimiento Zapatista recibió un reconocimiento mundial en México, en parte vía internet, al grado de que al Encuentro Intercontinental por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo, organizado en 1996 en Chiapas, llegaron más de dos mil extranjeros.

Pero antes de este movimiento, ya habían avisos de los precursores de la nueva forma de organización de los protestantes con redes de boca en boca o telefónicas, que inició en los 80s contra la dinámica mundial globalizadora:

Berlín 1988: en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial donde más de 400 personas fueron arrestadas.
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Foto: Der Spiegel
Paris 1989: en la cumbre del Grupo de los 7, en julio de ese año donde más de 10 mil personas se manifestaron y 200 mil participaron en un concierto.
Madrid 1994: en el 50 aniversario del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial celebrado en octubre de ese año.

Alemania 1999: durante la reunión del Grupo de los 8 en Colonia, conocido como las protestas del 18 de junio de ese año conocidas como J18 o Carnaval Contra el Capitalismo.

Seattle 1999: en la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio el 30 de noviembre, conocido como N30.

El objetivo del evento para los organizadores fueron las “nuevas e importantes negociaciones para ampliar la liberalización del comercio internacional y revisar algunas de las normas comerciales actuales” de acuerdo a su sitio web. La protesta bloqueó la entrada de los delegados y cancelaron la ceremonia de inauguración. Se denunció brutalidad policiaca y alrededor de 600 personas fueron arrestadas en una batalla campal en las calles, algo poco usual en aquellos tiempos.

La protesta, es un derecho, pero sin internet libre y gratuito se vuelve un derecho disminuido y acotado. Las nuevas formas de expresión cultural y política desde internet han sido ampliamente estudiadas y aunque sus efectos aún no logran dimensionarse claramente, hay indicios de su importancia en ciertos contextos sociales, políticos y económicos como los movimientos de jóvenes en América Latina y Medio Oriente del 2010 a la fecha.

Además hay reportes de instancias internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que recientemente publicó el documento “One internet” que da una gran importancia al internet libre y gratuito.
De los 18 puntos del texto, el primero habla de la necesidad de incrementar el acceso para una verdadera economía global incluyente, para apoyar a los gobiernos de países en desarrollo que quieren proveer espacios de internet gratuito para sus ciudadanos.

El segundo punto señala la importancia de la apertura de internet para promover el acceso a la información gratuito. “La apertura y accesibilidad de internet son cualidades que promueven la creatividad y la innovación”, se menciona.

Me pregunto si Mancera y los asambleístas han leído este documento publicado este verano. Si no lo han hecho, tienen tarea los miembros del Constituyente con y ese documento con señales tan reveladoras de aptitud democrática, el cual por cierto, lo pueden descargar de forma libre y gratuita desde su página “Ourinternet.org/report”.