Por Alejandro Cárdenas
La participación de ciudadanos dentro de la administración pública de nuestro país se consolidó desde los años 90s como una forma de permitir a la sociedad civil ser parte de la toma de decisiones públicas. Pero hoy esta práctica se encuentra en franco retroceso por la embestida que busca su desprestigio (y control) por parte de diputados, senadores, gobernadores y la clase política, pero muy marcadamente el equipo peñanietista en el poder.