17 de junio 17
En una democracia sin segunda vuelta, donde ganan los candidatos por minoría en relación con el total del electorado, la credibilidad de las instituciones se ve minada. El debate sobre la segunda vuelta, que daría certeza y capacidad negociadora a los candidatos, ha sido bloqueada varias ocasiones por diputados federales del PRI y sus aliados y recientemente también por los de Morena.
En este contexto, los resultados de las elecciones en Coahuila son un ejemplo de la debilidad de los organismo pretendidamente autónomos, del enorme y vulgar peso político de los partidos y de la participación ciudadana que castigó a los malos gobernantes.