lunes, septiembre 14, 2009

Todos somos “Juanito”

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Alejandro Cárdenas López*

De retrasado mental no lo bajan, pero “Juanito” ya se deslindó de su mentor Andrés Manuel López Obrador y hasta el PAN del Distrito Federal ya lo anda cobijando y ofreciéndole expertos para asesorarlo.
Rafael Acosta Ángeles es un fenómeno mediático que dirigirá la delegación Iztapalapa por el PT, que tendrá a su cargo gobernar a una población de tres millones de habitantes en el Distrito Federal, medio millón más que todos los habitantes de Coahuila.

Políticos, analistas y medios de comunicación destacan con creces su sorpresiva fama y popularidad. Casi anuncian su fracaso y critican su bajo perfil, sus frases, su estilo de hablar en tercera persona, sus contradicciones y hasta los orígenes callejeros de este hombre de 51 años quien estudió hasta el bachillerato.

Según periódicos nacionales, es actor de películas de ficheras, luchador, “madreador profesional”, bolero, mesero y comerciante ambulante. Tiene tres hijos y al cuarto, él afirma que se lo asesinaron. En entrevistas ha dicho que se dedica al comercio y vende productos de temporada en la calle, administra una pequeña nevería y puestos en tianguis.

Todo eso que dicen su pasado de activista y porro, representa en realidad una representación del México pobre víctima del sistema de partidos políticos, el que ellos mismos han creado. Una persona que por azares del destino ya no pueden controlar, quien representa casi una candidatura ciudadana espontánea, que se deslinda del control del PRD y PT, que se ganó la lotería política y parece no importarle el tener hasta amenazas de muerte y múltiples confrontaciones.

Su triunfo y su popularidad se deben a que la mayoría de los mexicanos (50 millones de pobres en 2008, no se nos olvide según la ONU) desencantados con el sistema de partidos encuentran en él a su imagen y semejanza y otros más les llama la atención su estilo peculiar de “hacer política”. No salió de las grandes universidades, ni de los puestos privados o públicos: salió del pueblo, del México bronco, ¿Esperaban que ”el desvalido” lamiera las votas a la partidocracia?

Es de todos sabidos que los partidos y su poca credibilidad utilizan las mañas sucias en las elecciones, juegan con los potenciales votantes y sus militantes para “comprar el voto” con un lonche, obra social o una promesa política y degradan su calidad de ciudadanos. Todos usan a “juanitos” para las marchas y las elecciones, pero después de ganar o perder, los desechan o los cambian.

¿De qué se quejan los partidos, los medios y columnistas? Ahora que anunció su decisión de no renunciar ya se abrió la posibilidad de una reunión con el Jefe de Gobierno, Maecelo Ebrard y eso no lo hizo más fuerte? ¿Esperaban a un caballero chapulinesco como el ex secretario de Obras Públicas, ex diputado local, ex ex (porque renunció dos veces) Secretario de Desarrollo Social de La Laguna, Eduardo Olmos, quien si algo sabe hacer, es renunciar?

En México existen muchos juanitos y si nos vamos a la escena local, el aborregado Congreso de Coahuila o los de de estados como Guanajuato y Oaxaca están plagados de ellos, pero con cara de “el señor diputado”. ¿De qué se quejan los partidos si viven de manipular con la pobreza y los programa sociales los juanitos y las juanitas?

Tal vez ahora quede claro por qué los partidos políticos se resisten a permitir legalmente las candidaturas ciudadanas, no les vayan a salir otros juanitos y se les acabé el control e intercambio de favores en los Congresos, gubernaturas, alcaldías y delegaciones.

*Maestro en periodismo.

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