A toda máquina

Alejandro Cárdenas López*

Publicado el 3 de Agosto en el periódico 10 Minutos

Saltillo, Coahuila.

Regresan los “tamarindos”, como se les decía en Saltillo a los oficiales de tránsito, aquellos que se vestían uniformes de diferentes tonalidades de café, con su gorra y pantalón rayado.

La decisión dada a conocer hace unos días por el alcalde Jorge Torres López de que se dividirá la Policía Municipal, en direcciones de Tránsito y Preventiva, es una señal de mejora.

Para los mexicanos son emblemáticas las películas donde los tránsitos son los protagonistas como aquella secuela con los actores Pedro Infante y Luís Aguilar: “A toda máquina” y “¿Qué te ha dado esa mujer?”.

Si vuelven a los uniformes amarillo verdoso, se recordarán aquellos años de esplendor de la ciudad, ese pasado que revive en los corazones de muchas personas que recurren a diario las calles del centro, cuando aún se veían las carretas que circulaban por Victoria con sus “Rocinantes” de los ranchos aledaños.

Con el cambio en la Policía, se regresa al esquema original hasta el inicio de la administración 2005 a 2008, con el ex alcalde Fernando de las Fuentes Hernández, donde se fusionaron las dos áreas en la Policía Municipal, pero al parecer las criticas y quejas a la doble función y los escándalos en quejas a la Comisión Estatal de Derechos Humanos por abuso policial, multas indebidas a paisanos y a saltillenses, aunado a problemas de confianza, han sido factores decisivos para la decisión.

El alcalde Torres López afirmó que la nueva estructura ayudará a disminuir la corrupción porque los Policías Municipales se abocarían sólo a su función y estarán más especializados; además se evitará confusión a la ciudadanía y, algo urgente, nos protegerán más.

En unos meses, la corporación dirigida por el General Brigadier en retiro Marco Antonio Delgado Talavera, incrementará de 800 a casi 900 elementos y con ello se podrá iniciar con el nuevo esquema.

Ante lo anterior habría que hacer un poco de memoria para recordar qué pasó después de la fusión la cual, aunque en otras ciudades funcionó mejor, aquí sin duda, perjudicó el desarrollo de la cultura vial y la seguridad en la ciudad.

No podemos darnos el lujo de cambiar el rumbo de las políticas públicas con resultados contraproducentes o sin falta de seguimiento y aseguramiento para garantizar el éxito a lago plazo.

No es un tema menor, aunque se valora la capacidad de retomar el rumbo y con ello la especialización de funciones que permite una Policía más profesional en la cual sus elementos, ya no andarán, como decía la gente de antes, “como caballos lecheros”.

*Maestro en periodismo.