domingo, junio 23, 2002

"La novela negra, vena agotada en literatura": Mempo Giardinelli

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Para el escritor argentino Mempo Giardinelli el género ya no es novedoso y se repite a sí mismo; conversa y desmitifica su reconicdo libro "Luna Caliente".

 Mempogiardinelli.com
 
Por Alejandro Cárdenas López /EL UNIVERSAL online
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Domingo 23 de junio de 2002

La sensación que tiene el escritor Mempo Giardinelli después de muchos años de haber practicado y escrito literatura y novela negra es que no ve "por dónde renovarme a mí mismo". 

Para él, la novela negra es un género muy difícil de "renovar" porque no hay mucha novedad, y se repite un poquito a sí misma. "Me parece que es una vena que ya está agotada", afirma. 

El también autor de la novela Luna Caliente afirma que el modo de proceder del poder global, es "de un (alto) grado de perversidad y de malignidad, es tan mafioso y delincuencial que quizá por ese lado ande el verdadero futuro, de la novela negra, teniendo en cuenta el mundo en que vivimos, en el cual el poder global es criminal per se ", agrega. 

Giardinelli, escritor y periodista argentino, se define como un autor que no es del género negro y tampoco está ajeno a él. Su última novela fue sobre aventuras, titulada Final de Novela en la Patagonia , que es la narración de un viaje en automóvil por La Patagonia.  

Pero su penúltima obra, "El décimo infierno" , está cargada de crimen y violencia, que él mismo define como "profundamente desencantada". Comenta que las perspectivas clásicas del género son el detective de la novela policiaca, el investigador, el buscador de indicios, y los textos vinculados a la novela de no ficción, es decir la recuperación literaria de episodios de la realidad. 

Giardinelli resalta el valor de la novela negra para Latinoamérica: para él, la época de oro del género fue en los años 70 y 80. "En todos los escritores latinoamericanos ha habido y sigue habiendo una producción muy rica, bastante original", afirmó.

Comenta que la novela negra "ha sido una fuente nutricia extraordinaria para todos" y ha marcado a las últimas dos o tres generaciones de narradores latinoamericanos. "Lo admitan o no, creo que no hay autor o autora latinoamericana que no haya adquirido y aprendido recursos en el género negro", añade.

Pero en la actualidad Giardinelli no está convencido que sea el género más atractivo aunque "sí se lee, hay muchos lectores interesados y en distintos países hay colecciones que funcionan y nuevos lectores".

Respecto de la pregunta de si las novelas policiacas parecen ser una apología de los criminales, Giardinelli comenta que es sólo en apariencia: Es una apariencia obviamente que no corresponde a la realidad, porque la novela policiaca es profundamente moralista. 


Lo anterior, agrega, es porque históricamente los autores de novela policiaca, aunque se regodean en la descripción del crimen, siempre terminan condenándolo de alguna manera. Mencionó a autores como Jim Thompson o Chester Himes que no condenan el crimen y que lo presentan como funciona, pero tampoco hacen apologías o elogios, "lo colocan y lo muestran como está". Al respecto, el escritor argentino agrega que él en sus novelas tampoco hace eso.  

"Con toda modestia, yo creo que hice lo mismo, sobre todo en El Décimo Infierno (su penúltima novela) donde coloco el crimen, no hago una valoración moral, no digo que esté bien o mal, no lo condeno, hay tanta hipocresía en la realidad y la vida cotidiana que en la literatura hay que sincerar un poco las cosas".

Otras de las corrientes del género es tomar crímenes de la realidad y hacerlos una novela. Menciona el caso de Rodolfo Walsh en la novela Satanovsky y Truman Capote con A sangre fría . "Uno puede tomar un episodio determinado y convertir una obra literaria dentro del género", afirma.

Giardinelli afirma que desde sus inicios se dedicó a la lectura de novelas policiacas, en ellas encontró que "el crimen es algo que está a la vista de todos, es algo que nos rodea, es algo que está en la calle por la que yo camino, tiene que ver con la mafia, con la impunidad, con el poder", afirma. 


Acepta que los géneros policial y negro fueron parte formativa en su escritura. Sus influencias latinoamericanas fueron Rodolfo Walsh, Rafael Bernal, y Osvaldo Soriano, a quienes les ha dedicado algunas de sus novelas.  

Sobre su libro Luna Caliente , uno de los más conocidos, afirma que "se está convirtiendo en punto de referencia", fue escrita hace más de 20 años y "siguen apareciendo ediciones, se publica, se lee, se traduce en más de 20 lenguas, ediciones piratas" en toda América Latina. 

Él mismo afirma que en ese libro concurren muchos géneros, "es una novela política, de exilio, fantástica, surreal, policial, erótica, y también es un triller (...) quizá pertenece a esa categoría que podríamos definir como novela de fuerte emoción", comenta. 
 
La idea de Luna Caliente surgió en un sueño erótico que tuvo Mempo Giardinelli cuando vivía en México, en un verano caluroso en una casa de la colonia Magdalena Contreras. "Fue un sueño evidentemente muy perverso, y a partir de allí se me prendió la lamparita para explorar una dimensión de la perversión de un hombre culto", recordó. Sobre el su novela El décimo infierno , comenta que se la planteó como "una novela profundamente desencantada, donde no hay ninguno de estos elementos clásicos, y lo único que hay es crimen, (...) sin detectives y sin investigación, simplemente la sucesión de crímenes unos a otros".

Giardinelli actualmente trabaja en dos o tres proyectos a la vez, tiene "una novela y media nuevas" y un trabajo de textos oníricos, además de que acaba de terminar un texto "no literario" sobre la crisis en Argentina, que él llama "de emergencia".

Algunos de los autores del género negro que Giardinelli menciona son Ramón Díaz Heterobich en Chile, y Paco Ignacio Taibo II y Rafael Ramírez Heredia en México, "que siempre han tenido continuidad", entre otros.

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